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EL MOLINA SPORT ACE GRAN CANARIA CAYÓ DERROTADO POR 2 A 6 EN CASA ANTE EL METROPOLITANO EN UN PARTIDO MARCADO POR LA DESAFORTUNADA PRIMERA PARTE QUE PROTAGONIZARON LOS LOCALES Y QUE ACABÓ CON UN IRRECUPERABLE 0 A 6.
A pesar de que los jugadores de Alejandro Molina se dejaron la piel en su intento de protagonizar la hazaña en la segunda mitad anotando dos goles y manteniendo a cero el marco, fue imposible remontar una desventaja tan grande.
El partido, que empezó una hora más tarde por el retraso del vuelo de la expedición vasca, arrancó con la lluvia como molesto invitado y con un equipo rival que mostró una gran fortaleza defensiva y un sobresaliente acierto en ataque.
Y sin que sirva como excusa el tiempo que los locales estuvieron esperando por el arranque de partido y la desconcentración que provoca una situación de este tipo, el Metropolitano pasó como un vendaval por Gran Canaria en una primera mitad para enmarcar
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UNA PRIMERA PARTE PERFECTA DEL RIVAL
El contragolpe y la defensa fueron las armas esgrimidas por los visitantes para dejar sentenciado el choque en los primeros veinticinco minutos con seis goles, uno detrás de otro.
Y eso que el portero local, Adam Schejbal, cuajó un magnífico partido con paradas de mucho mérito.
Los vascos aprovecharon con eficacia las superioridades que disfrutaron en ataque para cerrar un primer tiempo casi perfecto y que obligaba a los canarios a un milagro de grandes dimensiones en la segunda mitad (0-6).
Davis Stepham Taylor, con seis goles, Filip Niklas Alexander Petterson, con dos, e Iñigo Postigo Estébanez, con uno, fueron los encargados de “castigar” la portería del equipo grancanario en los primeros trece minutos de juego.
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EL MOLINA BUSCÓ EL MILAGRO CON TODAS SUS FUERZAS
Con nada que perder y mucho que perder empezó un segundo acto que mereció el aplauso de la afición por el derroche de esfuerzo de los canarios.
Aun cuando el arquero americano del Metropolitano, Blake Nicolas Ducker, se empleó a fondo y cuajó un gran partido, el Molina Sport sacó fuerzas de flaqueza para marcar dos goles y darle forma a un milagro que no llegÓ, pero que se buscó por todos los medios.
El orgullo y la casta quedaron patentes en una segunda parte muy diferente a la primera en rendimiento, esfuerzo y acierto en forma de goles anotados por el catalán Edu Requena y el sueco Jacob Tenemyr.
Tras la derrota en casa, toca mirar hacia adelante con la lección aprendida y pensar en el próximo partido ante Las Rozas de Madrid el próximo domingo, 25 de noviembre para volver a retomar la senda del triunfo.