NO DIO OPCIÓN A SORPRESA EN NINGUNA DE LAS TRES MANGAS A PESAR DE QUE EN EL TERCERO EL CUADRO VISITANTE ESTUVO CERCA DE LA REMONTADA.
Mitad del trabajo hecho, ahora falta que no fastidiarla en Eslovenia. El encuentro no fue tan diferente al primer encuentro contra el Hebar. A los amarillos les costó lo suyo despegarse en el marcador, aunque siempre fue por delante gracias la iniciativa ofensiva de los de siempre: Yosvany Hernández, Matthew Knigge y Guilherme Hage. Eso sí, los nórdicos castigaban a los locales con los ayaques de Sirila y Klobucar.
Lo que realmente penalizó al Calcit fueron sus propios errores no forzados. Con el 15-12 obligó al técnico Matija Plesko a parar el set. Los de azules se pusieron las pilas de repente, pero el Guaguas se mantuvo fuerte y logró llevar la manga hasta un casi definitivo 23-18 que finalmente se terminó convirtiendo en un claro 25-20.
Entonces aparecieron los Knigge y Hage para colocar de nuevo la bandera amarilla en el encuentro y que el Guaguas reconquistara la ventaja que había perdido. Con una manga más ajustada que el primero, pero el equipo se metía otra vez un cuarto de eliminatoria en el bolsillo (25-22).
El tercero fue coser y cantar. Con un 16-9 se plantó el CV Guaguas en el ecuador de la manga. Salvo hecatombe, que esta vez no sucedió, Las Palmas se iba a adjudicar el set definitivo y el encuentro. No hubo desastre, pero sí un ademán de ello con el 19-15. El Calcit Kamnit no arrojó la toalla y consiguió empatar el encuentro. Esos cuatro puntos fueron mitad errores locales y mitad méritos visitantes. Como es obvio, Camarero paró el partido.
El Guaguas apretaba el pie en el acelerador con Yosvany y Matt perforando la defensa rival en cada mínima oportunidad que se les presentaba para que Hage rematase la faena con un blockout que suponía el 25-22 definitivo que les daba la victoria en esta ida de los 32º de final de la CEV Cup por la vía rápida.